Distintos tipos
Guía de compra sobre vitrocerámicas: compara ventajas e inconvenientes de los distintos tipos de placas de vitrocerámica, ya sean de gas o eléctricas: radiantes, halógenas, de inducción… Te ayudamos a elegir, y si lo tuyo es la inducción, consulta el comparador.
Apagadas, todas las placas vitrocerámicas parecen iguales, pero entre ellas hay grandes diferencias, según el tipo de elementos caloríficos que se usen. Es habitual que en una misma placa vitrocerámica se combinen “fuegos” diferentes, si bien en los últimos tiempos se están imponiendo los modelos de inducción.
Vitrocerámica de placas radiantes
El calor se genera gracias a unas resistencias metálicas, con forma de espiral. Son las vitrocerámicas más económicas, pero las menos efectivas.
Las placas rápidas o “Hi-light” están formadas por resistencias onduladas que reaccionan con más rapidez que las radiantes, por lo que se han impuesto sobre éstas.
Vitrocerámica de placas halógenas
Recurren a luces halógenas, muy rápidas, como elemento generador de calor. Lo habitual que en la misma vitrocerámica se combinen estos fuegos con resistencias radiantes o “Hi-light”.
Vitrocerámica de inducción
Son las placas más modernas. La inducción magnética es la encargada de generar el calor. Cuando se introduce un objeto metálico en un campo magnético, se genera en el metal una corriente que produce calor: las placas de inducción se basan en este mecanismo de campos magnéticos por el que se calienta directamente el recipiente, no el cristal cerámico intermedio.
- Las vitrocerámicas de inducción tiene la ventaja de que son muy rápidas
- Son muy fáciles de limpiar: basta pasar un paño húmedo.
- Además, son muy seguras. No hay una llama y además, el sistema calienta directamente el recipiente, sin que se caliente también el cristal desde el interior (sólo lo hace por efecto de la conducción de calor del recipiente, y se disipa rápidamente). Si no hay un recipiente encima, no existe calor, y se puede incluso poner la mano sin que pase nada.
- Aunque son más caras, el consumo eléctrico es menor que el de una placa vitrocerámica tradicional, y a la larga se amortiza parte de la inversión.
- El inconveniente es que no sirven para cocinar el todo tipo de batería de cocina. Sólo se pueden usar recipientes en los que se puede adherir un imán, y que tengan fondo plano y liso.
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